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¿Quiénes Somos?




La Esencia es un proyecto sin fines de lucro que tiene el objetivo de llevar; salud física a través de los mates de plantas medicinales que servimos y salud espiritual con las presentaciones artísticas que presentamos cada noche.

Cada mate que servimos está hecho con cariño y esmero, ya que están hechos a base de las esencias naturales y las tinturas de cada planta, aprovechando de esta forma al máximo el sabor y las propiedades en cada bebida.
Las presentaciones artísticas acompañan nuestras veladas y pueden ser Narración oral, teatro, teatro de improvisación, monólogos, danza contemporánea, música en vivo, películas, mimo, entre otros.
Además acabamos de abrir nuestra tiendita, con arte y manualidades al alcance de todos. 
Muy pronto también abriremos nuestra pequeña biblioteca junto a Filosofía al Asalto.

Los esperamos de lunes a sábado con los brazos abiertos.

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Siempre quisimos encontrar el nombre correcto para La Esencia, faltaba el apellido. No ofrecemos cafe, así que, no somos una cafetería, tampoco bebidas alcohólicas, ni comida, sólo algunos postres y piqueos, siendo nuestro producto insignia los mates ¿seríamos entonces una matería? Ya en otra entrada explicaremos lo difícil que fue ofrecer sólo mates y como empezamos. Por ahora les contaré que en busca del apellido, me topé con los corrales de comedia, populares entre los siglos XVI y XVII en España, donde las presentaciones teatrales y artísticas se realizaban en una parte del patio, mientras el público observaba desde sus asientos o los balcones alrededor de estas casonas de dos a tres pisos. En estos recintos, atiborrados de gente, con artistas y creadores emergentes y en plena época de oro del teatro español, fue donde los árabes emigrantes trajeron la Aloxa, después llamada Aloja, bebida en base a agua, hierbas, especias y miel (algunos le ponían vino, cosa que no estaba permitida
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Remedio para las aftas Cuando era pequeño teníamos dos opciones. Opción 1: Mi hermano y mi papá me ofrecieron la forma macho, te daban un limón partido y/o sal y había que restregarlo directamente en la afta, mientras ellos me decían macho, macho, macho, macho, macho. Opción 2: Semillas de airampo reposadas en una taza (mi mamá, que es pequeña, ponía su mano en forma de cuchara y dejaba caer semillas en la palma) una clara batida a punto nieve. Dos cucharaditas de azúcar. El jugo de un limón. Esta era la forma en que mi mamá curaba las aftas, mientras el airampo iba reposando ella batía, o me hacía batir, las claras. Después las mezclaba, agregaba azúcar y limón.  Yo iba sintiendo la frescura de la bebida amainar el ardor de las aftas, esa bebida tiene el sabor de mi madre.  Después saltaba a sus brazos para agradecerle. El otro día, una amiga citó a un escritor y me dijo “A los hombres no los criaron para ser hombres, los criaron para no ser mujeres” Debo decir que casi siempre elegía
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